Como marca la tradición, a las doce en punto del mediodía la concejal del PSN en el Ayuntamiento de Pamplona Maite Esporrín ha prendido la mecha del txupinazo y ha dado inicio a nueve días de fiesta en los que Pamplona se convertirá en el epicentro mundial de la diversión.
Al tradicional grito de "Pamploneses, pamplonesas, viva Sanfermin, gora Sanfermin", la portavoz socialista del ayuntamiento abrió las fiestas desde el balcón consistorial, acompañada por buena parte de la corporación y delante de una plaza abarrotada de gente que vivió su momento culminante con el lanzamiento del txupinazo.
Ya desde primera hora de la mañana la plaza del ayuntamiento había ido poblándose de gente -casi en su totalidad vestida de blanco y rojo- bien pertrechada de bebidas de todo tipo con las que ir entonándose. A las doce del mediodía comenzaba la fiesta oficialmente y la celebración se repartía poco a poco por otras calles de la parte vieja, especialmente por bares y peñas. Quizás por coincidir el día 6 en lunes, se podía apreciar un número de personas ligeramente inferior al del año pasado. En cualquier caso, no era fácil acceder a locales de las calles más transitadas, como Jarauta, Estafeta o San Nicolás.
A a primera hora de la tarde, lejos de tranquilizarse, el centro de Pamplona seguía siendo un hervidero de gente de todas las edades. La fiesta ya no parará hasta dentro de nueve días.
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