viernes, 9 de octubre de 2009

Nobel de la Paz 2009


¿El Nobel o el Oscar de la Paz?

De Anna Grau
And the winner is...Barack Obama! Wow (¡uau!), fue la primera reacción oficial de la Casa Blanca –y se comprende- a la noticia de que el Premio Nobel de la Paz 2009 había recaído en su insultantemente joven presidente. Que no es que no haya hecho nada en la vida, pero vamos. Como mínimo aún le queda para emular a Martin Luther King, la madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela o el fundador de la Cruz Roja, Jean Henry Dunant, por citar sólo a algunos de los anteriores premiados.
Claro que por el mismo precio podríamos citar a otros galardonados que no suscitarían adhesiones tan unánimes. Por ejemplo, Henry Kissinger en 1973. Que Kissinger es una de las mentes más ágiles y brillantes de los dos últimos siglos nadie lo duda. Ahora, tanto como un hombre de paz...a no ser que se entienda que la paz es aquello que sólo está en la mano de los que preparan la guerra. Sólo desde este ángulo se entiende que el Premio Nobel de la Paz haya podido ir a un terrorista entusiasta y confeso como Yasir Arafat. O que en su día pudieran llegar a ser nominados para recibirlo –aunque no se les dio- los mismísimos Adolf Hitler y Benito Mussolini.
(...) Las lecturas más fáciles e inmediatas de este premio son: a) se han vuelto locos b) no sabían qué hacer para llamar la atención c) aterrados por la competencia de los premios Príncipes de Asturias y de los Premios Goya, en Oslo y en Hollywood han decidido unir fuerzas, fusionando los Premios Nobel con los Oscar de la Academia, que se entregarán en una gala única en el Kodak Theater, presentada por la princesa Victoria de Suecia y Lars von Trier.
La idea de Nobel fue que este premio se concediera no a ciegas pero sí en una especie de limbo en el que no influyera ningún interés ni politiqueo exterior. Por eso, y sin que sirva de precedente, me gustaría romper una lanza a favor del Premio Nobel de la Paz para Obama. Será chocante pero lo cierto es que se ajusta mucho más que otros al espíritu original de los premios. Que Nobel quería que se dieran con cierta ingenuidad.
Vamos a decirlo de una vez: hace tiempo que la política exterior no es lo que el vulgo cree. La agenda política real es tan complicada e incluso tan paradójica que en general los que la hacen no la quieren explicar, pero en general el público tampoco se quiere enterar. Es mucho más divertido seguir viendo documentales de Michael Moore.
Yo diría que la correcta lectura del Premio Nobel de la Paz 2009 es tan simple como esta: el nuevo presidente de los Estados Unidos tiene a la comunidad internacional detrás en vez de tenerla enfrente. Goza del favor y del voto de confianza de sus “aliados” para emprender lo que se le ocurra.
No tanto porque sea muy distinto a lo que hacía Bush –que a veces sí, y a veces no- como porque lo hace con suficiente mano izquierda como para que todo el mundo –no sólo Estados Unidos- pueda recapacitar y echar marcha atrás de sus propios errores. No sólo ellos.
(...)

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